“No hay nada más cobarde que un billete de dólar”, es la frase que durante mi etapa de practicante profesional escuché repetir una y otra vez a mis jefes, quienes graficaban así lo gravitante que son los mensajes y las señales claras para generar confianza en el país.
¿Por qué es importante la confianza en la economía? Responderé con otra pregunta. ¿Invertiría Ud. en abrir una librería si el dólar sube sin parar, si no hay importación de insumos o si el costo de su préstamo emprendedor crece 500% en un mes, sin que ello esté previsto en su contrato con el banco? Obviamente no lo hará. Y si no lo hace, no existirá posibilidad alguna de que Ud. contrate a un empleado o que pague impuestos.
Los recursos de los que dispone el Gobierno para mejorar los servicios públicos (salud, educación, seguridad, infraestructura y administración de justicia) se generan, precisamente, a partir de los impuestos que pagan empresas y ciudadanos. La ecuación es simple: Si hay más empresas, habrá más puestos de trabajo, e impuestos en favor del país. Todas las correas salen del mismo cuero.
Si el Presidente Castillo desea generar empleo y desarrollo, como dice que quiere hacerlo, debe dar mensajes y señales que calmen las aguas y atraigan a los inversionistas; no le bastará a Castillo con haber pedido la continuidad de Julio Velarde en el BCR.
Por ello, planteo a continuación diez mensajes que Castillo debe dar para alentar la construcción de un clima de estabilidad y confianza en el Perú:
- Gabinete técnico e independiente. - Es imperativo que Castillo presente a un equipo ministerial técnico (pero con la suficiente muñeca política para llevar una buena relación con el Congreso) e independiente, capaz de manejar cada sector de manera profesional y huraño a interferencia política alguna.
- Estabilidad jurídica. - Se requiere un anuncio claro de parte del Gobierno sobre el respeto irrestricto a las reglas de juego. Igualmente, es imperativo el respeto a los contratos suscritos entre privados, o entre privados y el Estado. Si existe margen para renegociar condiciones de favor del Estado, esta debe darse en el marco del diálogo y el consenso entre las partes.
- BCR y el MEF autónomos y fuertes. - La estabilidad monetaria y fiscal son determinantes para que un país pueda crecer de manera sólida y generar los recursos suficientes para mejorar los servicios públicos y la calidad de vida de todos los peruanos, en especial de los más pobres.
- Respeto a la propiedad privada. - El Presidente Castillo debe descartar cualquier tipo de intervencionismo estatal.
- Libertad de expresión. - Una sociedad que opina sin mordaza, incluyendo a los más férreos opositores al Gobierno, construye ciudadanos fuertes.
- Respeto a los TLC. - El nuevo presidente debe aclarar que los Tratados de Libre Comercio (TLC), que han permitido que hoy los peruanos tengamos acceso a una variedad de productos y servicios, continuarán vigentes, sin ningún tipo de represalias contra otros países.
- Lucha contra la corrupción. - Gran parte de los recursos que el país obtiene del aporte de empresas y ciudadanos se filtra a los bolsillos de corruptos enquistados en el sector público. Si se logra parar esa sangría, Castillo y su Gobierno dispondrán de más recursos para hacer reformas.
- Autonomía de Poderes. - El equilibrio institucional entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial permite mantener el contrapeso necesario pra que ninguno interfiera en el trabajo del otro.
- Seguridad sanitaria y ciudadana. - Reforzar los sistemas de seguridad ciudadana y sanitaria son fundamentales para generar confianza entre los inversionistas y mejorar el clima para hacer negocios.
- Transparencia en el sector público. - El exministro Silva Ruete fue el precursor de los portales de transparencia en el aparato público. Urge potenciar estos portales mediante los cuales absolutamente todos pueden saber cómo se manejan los recursos del Estado.
Si bien las señales y los mensajes son determinantes para generar estabilidad o zozobra en los inversionistas o en el ciudadano de a pie, no basta que todo quede en frases, sino que se aterrice en un plan robusto y sensato para una ejecución exitosa.